,

Feria y Fiestas 2022 – Vuestros sacerdotes

sacerdotes madridejos

Vivimos en un mundo a veces no muy coherente. Hacemos, por ejemplo, una concentración en favor del medio ambiente, y luego los encargados de la limpieza trabajan tres veces más recogiendo la porquería que ha dejado ese encuentro. Y como eso, muchas otras cosas.

En esta línea, con frecuencia se nos invita a recuperar tradiciones antiguas, lo cual es bueno, y necesario. Nuestros padres, nuestros abuelos, y los suyos, han dejado una herencia que no sólo no debemos despreciar, sino que hemos de aprovechar.

Pero muchas veces nos quedamos en lo externo de lo que es la tradición, y no miramos qué la ha movido, por qué se hacían esas cosas, qué sentido tenían. Muchas veces vivimos lo de nuestros mayores, pero no con el sentido con el que lo vivían ellos. Y así perdemos nuestras raíces.

Es bueno, y hasta necesario, decíamos, recuperar muchas de las tradiciones de los que nos han precedido, pero siempre cayendo en la cuenta de con qué espíritu vivían ellos estas cosas. Así cons-
truiremos sobre los cimientos que nos han dejado; y así también recordaremos y seremos agradecidos con ellos.

Y a esto con frecuencia nos ayuda pararnos en las letras de los cantos que ellos cantaban. Todos conocemos el himno a nuestro Cristo del Prado. En su inicio decimos que le cantamos a Él que “de
Madridejos es luz y consuelo”.

La luz es vida, nos es completamente necesaria para vivir. Y la necesitamos también, entre otras cosas, para no perdernos en nuestro camino; es lo que nos ilumina. Es muy bonito pensar que así
veían a su Cristo, a nuestro Cristo del Prado, los que han vivido en nuestro pueblo antes que nosotros. Ellos nos enseñan que realmente, Él es nuestra vida. Madridejos, sin su Cristo, no sería lo mismo; la vida de cada uno de nosotros no sería la misma. Le necesitamos, igual que a la luz.

Y nos enseñan también que es nuestro consuelo, como ningún otro puede serlo, porque sólo Él conoce lo más íntimo de nuestro corazón. ¡Cuántas personas pasan, pasamos, cada día a arrodillarnos ante Él y confiarle nuestras cosas, nuestros seres queridos, nuestras propias vidas! Es gozoso ver que la ermita nunca está vacía, que siempre hay alguien que busca la compañía de nuestro Cristo Santo.

En estos días de feria, en que nos juntamos todos o casi todos los que somos o vivimos en el pueblo, vuestros sacerdotes os invitamos a eso, a que cantemos con todo nuestro corazón, con todo fervor, a nuestro Santísimo Cristo del Prado, como luz y consuelo de Madridejos, de cada uno de nosotros. Que sean días en los que, como continua diciendo el himno, todos podamos decir en verdad: ¡¡¡A TI EL CORAZÓN LEVANTAMOS!!!

Felices fiestas, que Dios nos bendiga a todos.